Cómo puede apoyar el adulto el desarrollo de la independencia del niño
María Montessori decía que el niño desde su nacimiento tiene un impulso, una fuerza vital que lo guía para su evolución, para conquistar el mundo, la independencia es una de estas conquistas.
Desde el nacimiento se observa esta primera conquista del niño hacia la independencia, cuando se libera del seno materno, ya empieza hacer muchas cosas por sí mismo, como respirar o mamar para poder alimentarse. Algunas de estas conquistas de independencia se notan a simple vista y otras no.
Físicamente el cuerpo del niño se va desarrollando de acuerdo con estas necesidades de independencia. El estómago empieza a segregar el ácido necesario para la digestión, empiezan a salir los dientes, sus huesos van creciendo, el niño empieza hablar.
Espiritualmente, esta independencia que va conquistando lo llena de una enorme satisfacción, hace que crezca su autoestima y logra que sea un niño libre.
«Nadie puede ser libre a menos que sea independiente; por lo tanto, las primeras manifestaciones activas de libertad individual del niño deben ser guiadas de tal manera que a través de esa actividad el niño pueda estar en condiciones para llegar a la independencia.»
María Montessori, El descubrimiento del niño, p. 26.
Nosotros como adultos podemos apoyar al niño en el desarrollo de esta independencia en sus primeros años de vida:
- Desde el momento mismo del nacimiento: Es importante dejar a los bebés que nazcan a término, en la medida de lo posible no inducir el parto ni programar cesáreas por conveniencias del adulto. Cómo vimos este es la primera conquista de independencia del niño.
- Preparar el ambiente para el niño: El adulto debe adaptar el ambiente de acuerdo con las necesidades y capacidades del niño. Al proporcionar un ambiente adecuado, se le permite al niño explorar, experimentar y desarrollar su independencia.
- No hacer todo por el niño: El adulto debe evitar hacer por el niño lo que él pueda hacer por sí mismo, pero si lo debe acompañar y guiar, explicarle con paciencia cómo se deben hacer las cosas.
- Posibilidad de elección: También debemos ofrecerle al niño la libertad de elección dentro de límites adecuados. Ofrecerle una variedad de actividades, materiales y opciones para permitir que el niño elija qué hacer y cómo hacerlo, esto fomenta la autonomía y la toma de decisiones del niño desde una edad temprana.
- Libertad y disciplina con límites: Debemos dejar que el niño sea libre de decidir por sí mismo, pero dentro de unos límites claros. Al establecer expectativas claras y consistentes, el adulto ayuda al niño a comprender las normas y límites sociales, esto le permite al niño sentirse seguro y desarrollar habilidades para autorregularse.
En conclusión, la verdadera ayuda que le podemos ofrecer al niño es acompañarlo, guiarlo, no hacer las cosas por él. Debemos saber que la naturaleza le ha dado al niño los medios para que él haga las cosas por sí mismo, debemos alentarlo a eso, porque si lo sobreprotegemos, si hacemos todo por él, estamos realmente diciéndole que es un ser pequeño y que no puede hacer nada, que no confiamos en él, estamos deteniendo su crecimiento, su impulso vital.
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Etiqueta:independencia, montessori