Las noches en casa después del parto
Las primeras noches después del parto, ya en casa con nuestro bebé fueron realmente duras.
Teníamos preparado su cuarto con su cama corral y en nuestra habitación teníamos un moisés de los que se balancea que nos habían prestado.
Cómo estaba muy adolorida de la cesárea y se me dificultaba pararme de la cama pensamos que lo mejor era dormir con el bebé en la mitad para yo poder atenderlo sin tener que levantarme del todo para cogerlo.
Entonces pusimos una cama portátil para bebés que nos habían prestado también en la mitad y nos acostamos cada uno a su lado.
Al comienzo dejábamos una lamparita prendida para poder estar mirando el bebé. Nos daba susto que se ahogara que pasara algo entonces cerrábamos los ojos y medio dormíamos pero cuando hacía algún sonido o se movía nos despertábamos los dos a mirar que tenía. Esto sucedía con mucha frecuencia entonces esas noches se hicieron eternas y no descansábamos casi nada.
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Ensayando de todo:
Primero ensayamos con el bebé dormido así en la mitad y estuvo buen tiempo así, pero a medida que el bebé crecía y se iba moviendo más empezó a deslizarse y terminaba acostado en la parte de abajo, lo que me daba mucho susto porque de pronto lo golpeáramos con las rodillas o que se enredara en la cobija por lo que cada rato nos tocaba volverlo a subir.
Luego ensayamos con el moisés. Pero no dormía bien ahí en las noches. Se despertaba más seguido y creo que le daba frío a pesar de la pijama térmica y la cobijita que le poníamos. Fue buena opción durante el día, pero durante la noche no tanto. Después fue creciendo y como el moisés era pequeño nos daba miedo que se volteara y se cayera, entonces ya lo fuimos descartando.
Como ya llevábamos varias noches sin dormir bien, mi esposo, me propuso que ensayáramos en la cama corral de el bebé, la que estaba en su habitación. Pusimos el monitor de audio y nos acostamos en nuestra cama solos pero fue peor, no tuve tranquilidad, yo no confiaba en el aparato, nos tuvimos que levantar mil veces y el desplazamiento era peor. Ya se me quitaba el sueño del todo.
A la otra noche, al verme tan agotada, mi esposo me dijo que me acostara sola en nuestra cama para que descansara bien, que él iba a dormir con el bebé en la cama corral. No se imaginan las acrobacias que le tocaba hacer a mi esposo para poder meterse en la cama corral y dormir todo enrollado. Pobrecito. Tampoco duró mucho tiempo así.
Por lo tanto optamos por comprar una cuna corral para ponerlo al lado de la cama, también fue dura la levantada mía de la cama y la agachada para poder alzarlo del corral, me afectó la columna porque el bebé cada vez pesaba más, pero fue la opción con la que más duramos.
Tiempo solos:
Los primeros días estuvimos mi esposo y yo sin ayuda, queríamos conocer a nuestro bebé tranquilos, descubrir las cosas solos, vivir ese momento en privado. Estábamos tan felices que queríamos al bebé solo para nosotros. Además el bebé no tenía todas las vacunas y nos decían que esto era lo recomendable.
Esa decisión hizo obviamente más difícil todo al principio, sobre todo para mi esposo. Porque él era el que cocinaba,
organizaba y limpiaba, me ayudaba a bañar, a vestir, me ayudaba también con el bebé. Yo no podía hacer casi nada porque todavía tenía la herida abierta de la cesárea, me daba dificultad pararme, caminar, vestirme, en fin. Todo movimiento era horrible y no tenía fuerzas de nada y no veía la hora de sanar, de bañarme por completo, de poder hacer las cosas yo sola, de poder limpiar, ayudarle a mi esposo, de que por fin se cerrara la herida, creía que me iba a quedar así para siempre.
Durante el día, dormíamos lo que podíamos mientras el bebé dormía. Ni tendíamos la cama, la casa parecía una cueva, desorganizada, oscura, sucia, porque mi esposo tampoco daba abasto con todo.
Curso de sueño infantil:
Debido a todo ese cansancio y todos los experimentos que hicimos y nada valía. El bebé cada vez se despertaba más seguido. Empecé a buscar en internet sobre el sueño infantil y encontré un curso el cual hice y me ayudó mucho.
El curso de sueño infantil me ayudó a tener expectativas reales, a comprender más las necesidades del bebé, que siente después de haber nacido, que es lo que quiere. Como hacer colecho seguro y los beneficios de la lactancia a libre demanda para el sueño de la mamá y el bebé. Comprendí que estaba haciendo bien y que estaba haciendo mal y me liberé un poco también. Estaba muy estresada pensando en todo lo que decían a mi alrededor, que otros niños de la misma edad dormían más tiempo o que el colecho no era bueno, que le estaba haciendo un daño, en fin, muchos comentarios con buena intención pero que angustian y estresan.
Después de haber hecho el curso y cuando ya el bebé tuvo las vacunas de los dos meses, mi suegra iba y nos ayudaba con el aseo, la comida y por fin pudimos descansar más. Mi herida sanó y mi esposo y yo pudimos recobrar fuerzas. Pudimos salir y cambiar de ambiente.
No puedo decir que el cansancio y el trasnocho acabaron ahí, porque luego vienen otras preocupaciones, pero definitivamente no hay comparación con las primeras noches que uno pasa cuando un bebé llega a casa.
En el próximo artículo te contaré lo que vi en el curso que hice de sueño infantil y lo que he complementado con otros cursos que he realizado después de ese, con el fin de darte herramientas para ayudar si estás en la misma situación. ¡No te lo pierdas!
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Etiqueta:colecho, postparto, sueño infantil